jueves, 30 de octubre de 2014

Merendola Halloween

El hecho de adoptar y adaptar a nuestra forma de ser y hacer, tradiciones de otros lugares no lo veo nada mal.
Al fin y al cabo, todos cuidamos con el debido sentimiento nuestras raíces. Pero no está mal darle gracia a la vida a cada ocasión que ésta lo permita.
Desde pequeña, recuerdo en casa y en casa de mi abuela, encender en el mes de noviembre (mes de los muertos como siempre se le ha llamado), maripositas en aceite por cada difunto de la familia. Mes negro, frío, lluvioso y sobre todo triste. 
Prefiero hacer de esta festividad tan penosa, una fiesta alegre y guasona donde los peques disfrutan comiendo chuches y dulces terroríficos, mientras los mayores nos reímos viéndoles cómo se lo pasan de miedo. 
Pienso que nuestros difuntos están más en nuestras risas que en nuestras lágrimas, así que honrémos a los que nos faltan de este modo más simpático.

Esta tarde mis amigas y mámás vecinas, nos hemos reunido y hemos pasado una tarde fantástica. La mesa no tenía desperdicio y los niños no querían recogerse, porque para ellos nunca hay fin cuando hay juegos, bailes y risas por medio.

Os dejo algunas fotitos para que os hagáis una idea de la que se ha montado. Los niños con caras propias del día Halloween.










Grandes actrices

En plena actuación malvadísima

¿Me dejarán de dar la lata en este rinconcito?

¿Truco o trato?



Para todos aquellos que recordamos a diario con todo nuestro cariño y nostalgia; Ojalá hubiera unas escaleras para daros un abrazo y un beso enorme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario